lunes, 18 de marzo de 2013

Morfología


Morfología de las palabras.

Prefijos del español que provienen del latín son: A, ad (Proximidad: Adyacente: contiguo); Ab, abs (Separar, evitar: Abstemio: que no bebe vino); Ante (Delante: Antesala: pieza delante de la sala); Bi, bis (Dos o doble: Bifurcación: dividir en dos); Circun (Alrededor: Circunvalar: rodear); Co, col, con, com (Unión o colaboración: Colegir: juntar); Cuadri, cuatri, (cuatro Cuatro: Cuadriceps: músculo con cuatro inserciones en la parte inferior del muslo); Deci (Diez: Decigramo: décima parte del gramo); Di, dis (Que se opone: Discordia: desacuerdo); Ex (Que se ha dejado de ser: Excedente: empleado que durante cierto tiempo deja de prestar un servicio); Extra (Que rebasa: Extramuros: fuera del recinto de la ciudad); Infra: (Por debajo de: Infrarrojo: radiaciones oscuras menos refrangibles que el rojo); Inter (En medio o entre: Interceder. Pedir algo por otro); Intra (Dentro: Intramuros. En el recinto interior de una ciudad); Multi (Numeroso: Multicolor: de muchos colores); Octa, octo (Ocho: Octava. Ocho días que siguen a una fiesta religiosa); Omni (Que abarca todo: Omnisciencia: conciencia de todo) Morfología
Categorías gramaticales
Sujeto
Predicado
Verbo
Sustantivo
Adjetivo
Preposición
Artículo
Adverbio
Interjección
Pronombre
Conjunción
Como idioma flexivo las palabras del español se forman mediante lexemas o raíces a los que se agregan morfemas gramaticales o gramemas (como el género masculino o femenino y el número singular o plural para los sustantivos y adjetivos, y el modo, tiempo, voz, aspecto y persona y número para el verbo), más todo tipo de afijos que sirven para formar palabras derivadas.


Derivación. Es especialmente característica del español la marca de la afectividad con sufijos apreciativos-valorativos:

Diminutivos, que indican proximidad afectiva; muchos de ellos son de uso más bien local (-uc- es un sufijo asturiano; -et- catalanizante; -ic- se usa mucho en Aragón y Murcia; -ill- proviene de Andalucía y es muy usado en Sevilla, y otros son -it-, el más usado; -ino, propio de Extremadura; -ín, propio de León; -uel-, -ij-): nenuco, torreta, pequeñico, pequenito, pequeñillo, pequeñín, pequeñino, plazuela, lagartija.
Aumentativos, que indican distanciamiento afectivo y un cierto asombro: -ón, -ot-, -az-, -at-, -ac-, -ud-, -arrón: tontón, librote, golpazo, niñato, camionaco, forzudo, tiarrón.
Despectivos, que degradan peyorativamente los lexemas que modifican: -astr-; -arr-; -uch-; -ach-; -aj-; -ej-; -urr-; -orr-; -orrio; -ales; -uz-; -usco; -oide; -ang-; -eng-; -ing-; -ong-; -ung-, -etis; -atis; -olis: camastro, casucha, poblacho, hierbajo, tipejo, coscurro, tintorro, bodorrio, vivales, gentuza, pedrusco, sentimentaloide, señoringa, chulengo, facilongo, millonetis, locatis, finolis...
Sufijos superlativos para adjetivos son -ísim- y -érrim-; es el más usado el primero, modificando a veces la forma del lexema: cierto-certísimo, bueno-bonísimo, fuerte-fortísimo, nuevo-novísimo, etcétera. El segundo se usa para formar el superlativo de palabras como célebre (celebérrimo), acre, agrio (acérrimo), pobre (paupérrimo), íntegro (integérrimo), salubre (salubérrimo), etcétera.

Pueden clasificarse los sufijos del español por la categoría gramatical de la palabra a que dan lugar en verbalizantes, nominalizantes, adjetivizantes y adverbializantes:

Verbalizantes: -ar, -ear, -ificar, -izar, -ecer: taponar, costear, vivificar, vigorizar, florecer,
Nominalizantes: -ancia, -encia, -anza, -ción, -sión, -ismo, -dad, -tad, -ada, -ería, -aje, -ez, -mento, -miento, -dura: constancia, vivencia, semejanza, acción, aprensión, vandalismo, vanidad, amistad, cucharada, mensajería, dopaje, doblez, juramento, acercamiento, torcedura.
Adjetivizantes: -oso, -ble, -able, -ible, -enc-, -ante, -iente, -ente, -iv-, -an-, -ad-, -id-, -il, -esc-, -ient-, -oide: nuboso, amable, defendible, azulenco, importante, sonriente, trascendente, creciente, activo, mejicano, cantado, sabido, monjil, burlesco, ceniciento, ovoide.
Adverbializantes: -mente: hábilmente.
La derivación regresiva posee una gran importancia en la lengua española contemporánea; se usan -a, -e, -o y -eo: de pelear, pelea; de arrancar, arranque; de agobiar, agobio; de abanicar, abaniqueo. Inferior importancia poseen los procedimientos de creación conocidos como el calco semántico, el préstamo léxico adaptado o no, la combinación (cantautor, Eurasia, microfilme, morfosintaxis, secrefata, itañol), la incorporación nominal (pelechar, maniatar, rabiatar), la metáfora, la metonimia, la sinécdoque, la generalización, la especificación, la acronimia, la estereotipia (verborragia) y la onomatopeya.

Algunos sufijos están especializados en significaciones concretas; existen, por ejemplo, los sufijos gentilicios; en español los más usados son -án; ano/ana; -és/esa; -ense; -eño/eña; -ita; -ego/-ega; -ol/ola; -ota; -ino/ina; -í: catalán, valenciano, muniqués, egabrense, madrileño, estambolita, manchego, español, cairota, parisino, ceutí. Los gentilicios españoles son, sin embargo, de formación muy compleja a veces y su dominio reclama a veces un conocimiento muy profundo de la lengua española.

Pen (Casi: Penillanura: meseta que resulta de la erosión de una región montañosa); Pos(t) (Después: Posdata: lo que se añade a una carta); Pre (Antecede: Predicción: conjetura); Pro (En lugar de: Prosecretario: persona que suple al secretario); Quinqu (De cinco: Quinquenal: que dura cinco años); Retro (Hacia atrás: Retroactivo. Que obra sobre lo pasado); Sub (Bajo: Subalterno: que esta sujeto a otro); Super, supra (Por encima de: Superdotado: que tiene coeficiente intelectual superior); Trans, tras (Mas allá: Transformar: Cambiar de forma); Tri (Tres: Tríceps: músculo que tiene tres cabezas); Un, Uni (Uno: Unicelular: de una sola célula); Ulter, ultra (Que rebasa: Ultramundo: otro mundo); Viz, vice (En lugar de: Vicepresidente: persona que suple al presidente). Yuxta (Junto a: Yuxtalineal: línea por línea).

Prefijos de origen griego son: A, an (Privado de: Amorfo: sin forma regular); Ana (Contra, sobre o separación: Analgesia: falta de dolor) Anti (Contra: Anticuerpo: sustancia que se opone a la acción de bacterias, virus o sustancia extraña en el organismo); Apo (Fuera de, alejado: Apósito: remedio que se aplica exteriormente sujetándolo con paños); Archi (El más, el mejor, el primero: Archisabido: muy sabido); Auto (Uno mismo: Automación: funcionamiento de una máquina que efectúa una serie de operaciones sin la intervención del hombre); Cata (Hacia abajo o por entero: Catarata: caída grande de agua); Di(a) (A través de: Diagonal: línea recta que va de un vértice a otro); Dis (Con dificultad: Disconforme: no conforme); Ecto (Fuera de: Ectoplasma: exterior del citoplasma); En (Dentro: Enuresis: micción incontrolada en el interior del traje); Endo (Internamente: Endocarpio: membrana que cubre el interior del corazón); Epi (Sobre: Epiglotis: cartílago que tapa la glotis); Eu (Bien: Eufonía: sonoridad agradable de la palabra); Exo (Fuera: Exobiología: ciencia que busca y estudia formas de vida fuera del planeta); Hemi (Medio: Hemistiquio: mitad de un verso); Hiper (Exceso: Hipérbole: exageración de la verdad); Hipo (Debajo: Hipocentro: punto subterráneo donde se origina un sismo); Met(a) (más allá de: Metafísica: filosofía, teoría general y abstracta más allá de la física); Pali(n) (De nuevo: Palíndromo: palabra o frase que se lee igual de izquierda a derecha y viceversa); Para (Junto a o contra: Paranormal: fuera de lo normal). Peri (Alrededor: Pericardio: tejido que envuelve al corazón); Pro (Adelante: Progreso: aumento, adelanto); Sim(n) (Con: Simétrico: con simetría).

Sufijos de origen griego son:

Algia: Dolor. Nostalgia: pena de verse ausente de personas o cosas queridas.
Arca o arquía: Poder. Patriarca: jefe de familia
Atra, atría: Curación. Pediatría: parte de la medicina relativa a las enfermedades de los niños.
Céfalo: Cabeza. Acéfalo: desprovisto de cabeza.
Ciclo: Algo circular. Hemiciclo: semicírculo.
Cosmo: Mundo. Macrocosmo: el universo considerado en relación con el hombre.
Crata, cracia: Que tiene poder. Aristócrata: persona de la clase noble.
Dromo: Carrera. Autódromo: pista de carreras de coches.
Edro: Cara o base. Hexaedro. Sólido de seis caras planas y los ángulos de estas.
Fago: Comer. Esófago: primera parte del tubo digestivo que va de la faringe al estómago.
Fila: Hoja. Clorofila: pigmento verde de los vegetales.
Filia o filo: Amistad, amigo. Necrofilia: inclinación por la muerte.
Fobia, fobo: Enemistad, miedo. Claustrofobia: miedo a los lugares cerrados.
Fonía, fono: Voz o sonido. Sinfonía: conjunto de voces, instrumentos o ambas cosas que suenan a la vez con armonía.
Foro: Llevar. Semáforo. Poste indicador con luces verde, ámbar y rojo que regula la circulación de los autos.
Frasis: Expresión. Paráfrasis: explicación.
Gamia: Casamiento. Poligamia: Condición del hombre casado con varias mujeres.
Geno: Que engendra. Patógeno: que causa enfermedad.
Geo: Tierra. Hipogeo: edificio subterráneo, excavado con finalidad religiosa o de hábitat.
Grafía: Escribir. Taquigrafía: escritura formada por signos convencionales para escribir a gran velocidad.
Grama: Letra. Crucigrama: juego que consiste en encontrar ciertas palabras y ponerlas en casilleros.
Itis: Hinchazón, inflamación. Hepatitis: inflamación del hígado.
Latría: Adoración. Idolatría: Adoración a un Dios.
Lito: Piedra. Monolito: monumento de piedra de una sola pieza.
Logía: Ciencia. Geología: ciencia que estudia la forma interior y exterior de la tierra.
Mancia: Adivinación. Cartomancia: Adivinación por las cartas de la baraja.
Manía: Pasión. Piromanía: que tiene la manía de provocar incendios.
Mano: Afición. Pirómano: Persona que tiende a provocar incendios.
Metro: Medida. Decámetro: Diez metros-
Nauta: Navegante. Cosmonauta: Piloto o pasajero de un vehículo espacial.
Nimia: Nombre. Sinonimia: Circunstancia de ser sinónimo.
Patía: Afecto o afección. Homeopatía: sistema curativo que se aplica a las enfermedades con dosis mínimas.
Pedia: Educación. Enciclopedia: conjunto de los conocimientos humanos.
Podo: Pies. Artrópodo: animales articulados como los crustáceos e insectos.
Polis: Ciudad. Metrópolis: ciudad princ.
Ptero: Ala. Coleóptero: Insectos que tienen boca, y dos alas.
Rragia: brotar. Hemorragia: flujo de sangre de cualquier parte del cuerpo.
Scopio: Visión. Telescopio: anteojo para observar los astros.
Sofía: Sabiduría. Filosofía: ciencia general de los seres, de los principios y de las causas y efectos de las cosas naturales.
Tafio: Tumba. Epitafio: inscripción fúnebre.
Teca: Armario, caja, archivo. Videoteca: lugar o archivo donde se almacenan videos.
Tecnia: Arte o ciencia. Mercadotecnia: política comercial de una empresa.
Teo: Dios. Ateo: Que no cree en Dios.
Terapia: Curación o tratamiento. Helioterapia: curación por medio del sol.
Termo o térmico: Calor. Geotérmico: fenómeno térmico de la corteza terrestre.
Tesis: Colocación. Prótesis: procedimiento mediante el cual se sustituye un órgano o parte de él.
Tipo: Impresión. Prototipo: ejemplo, modelo.
Tomia: Acción de cortar. Gastrectomía: intervención quirúrgica del estómago.
Tropo: Se dirige hacia. Filántropo: persona que tiene amor al prójimo
Sufijos de origen latino:

Aceo: Pertenencia. Crustáceos: clase de animales pertenecientes a los artrópodos.
Cida: Que mata. Homicida: que causa la muerte una persona.
Cola: Cultivo. Agrícola: relativo al cultivo de la tierra.
Cultura: Arte de cultivar. Agricultura: Cultivo de la tierra.
Ducción: Que conduce. Deducción. Consecuencia sacada de un razonamiento.
Fero: Que lleva. Mamífero: animales vertebrados, cuyas hembras alimentan a sus crías con las leche de sus mamas.
Forme: Que tiene forma de. Deforme: De forma anormal.
Fuga o fugo: Que huye. Prófugo: Persona que huye de la justicia.
Or: Formación de sustantivos. Doctor: persona que ha obtenido el último grado universitario.
Paro: Que engendra. Vivíparo: animales que complementan su desarrollo dentro del seno de su madre.
Pedo: Indica que tiene pies. Bípedo: de dos pies.
Peto: Que se dirige hacia. Parapeto: Muro para protegerse del enemigo.
Sono: Sonido. Dísono: sonar con inarmonía.
Triz: Femenino de las palabras terminadas en dor y tor. Institutriz: persona encargada de la educación de los niños en sus domicilios.
Voro: Comer. Herbívoro: animal que se alimenta de hierbas

Parasíntesis. En cuanto a la parasíntesis:

Morfema liberable + Morfema liberable + Morfema no liberable. Los tres presentes en forma simultánea. Ejemplos: Quinceañero, sietemesino.


Composición. La composición consiste en la suma de lexemas. Para componer palabras en español se recurre a ocho procedimientos:

Sustantivo + preposición + sustantivo: agua de borrajas, diente de leche, pata de gallo.
Sustantivo + adjetivo: arma blanca, aguardiente, aguamarina, camposanto, carta blanca.
Adjetivo + sustantivo: mala pata, media naranja, ricohombre, verdehoja.
Sustantivo + sustantivo: cartón piedra, coche cama, varapalo, madreselva, zarzaparrilla.
Verbo + complemento: buscavidas, chupatintas, correcalles, espantapájaros.
Verbo + verbo: duermevela, ganapierde, picapica, tejemaneje, vaivén.
Sustantivo + i + adjetivo: alicaído, boquiabierto, cabizbajo, pelicano, carirredondo.
Adjetivo + adjetivo: agridulce, anchicorto, grecorromano, todopoderoso, verdinegro.
Adverbio + adjetivo: bien hablado, bienaventurado, malcontento, malhablado, malherido.
La Real Academia de la Lengua no ha establecido un criterio fijo para escribir separada, juntamente o con guión algunas palabras compuestas, fraseologismos o expresiones fijas, también denominadas lexías, colocaciones o idiomatismos, que son campo de estudio de la rama de la Lexicología denominada Fraseología: Semana Santa, etcétera.

En Lexicología y Fraseología se designa con el término colocación a un tipo concreto de unidad fraseológica que no es ni locución o lexía simple ni enunciado fraseológico o lexía textual.

La colocación designa combinaciones frecuentes de unidades léxicas fijadas en la norma o una combinación de palabras que se distingue por su alta frecuencia de uso, como cierre hermético, maraña inextricable, desear ardientemente, negar categóricamente etcétera; esto motiva que este tipo de construcciones se cataloguen como unidades semi-idiomáticas.

Se diferencian de las unidades fraseológicas en que responden a pautas de formación gramaticales y su significado es composicional, esto es, se deduce de los significados de los elementos combinados. Son unidades léxicas que han sido fijadas en la norma y en sustancia son fraseologismos que se encuentran a mitad de camino entre las combinaciones libres y las fijas, porque sus elementos se pueden dislocar e intercambiar y en general su significado es claro y desentrañable, si bien en ciertos casos tienen significado de conjunto: "Dinero negro, mercado negro ("ilegal")".

Los paradigmas o modelos de colocación más usados en español son:

Sustantivo + preposición + sustantivo: derecho de veto, puntos de venta, punto de encuentro, punto de vista, fondos de inversión, tipos de interés, plan de pensiones, plan de choque, estado de opinión, creación de empleo.
Sustantivo + adjetivo: renta fija/variable, poder adquisitivo, sector público, población activa, urna digital, masa salarial, dispositivo policial, venta directa, retribución variable, mandos intermedios, atención primaria, mercado negro, deuda pública, sector puntero.
Verbo + (artículo) + sustantivo: desatarse una polémica, tomar cuerpo, zanjar la polémica, tomar medidas, plantear problemas.
Verbo + preposición + sustantivo: llevar a cabo, poner en marcha, poner en cuestión, ponerse de acuerdo, poner de manifiesto.
Las siguientes estructuras son patrones menos productivos que los anteriores:

Sustantivo + sustantivo: Paquete bomba, capital riesgo.
Adjetivo + sustantivo: Nueva economía, bajo consumo.

Creación de palabras. Para formar palabras nuevas se recurre en castellano principalmente al procedimiento de la derivación o utilización de afijos para crear neologismos (nuevos vocablos), y bastante menos a la composición a causa de la extensión que tienen las palabras en esta lengua, donde son escasas las palabras monosílabas.


Léxico. El léxico más antiguo del español está constituido por un pequeño grupo de fósiles lingüísticos prerromanos, en especial vascos (izquierdo), ibéricos (barro, barda, embadurnar, gordo, muñeca, incluso algún antropónimo, como Indalecio) y celtas, bien a través del galo (abedul, alondra, braga, cabaña, camino, camisa, carpintero, carro, cerveza, legua, saya, vasallo), pero fundamentalmente a través del latín (brezo, brío, bota, berro, gancho, greña, légamo, losa, serna), porque los romanos conquistaron Hispania en el año 206 a. C. y la conservaron durante siglos. Es pues una lengua románica, romance o neolatina, que deriva del latín vulgar (no del latín culto) hablado por la gente más común del condado de Castilla. Sin embargo la inestabilidad del imperio romano provocó las invasiones bárbaras del año 409 d. C., en que entraron en la Península diversos pueblos germánicos, como suevos, vándalos y alanos, aunque apenas se quedaron, salvo los suevos, que fundaron un reino en Galicia que duró casi un siglo; cayó el Imperio Romano de Occidente y en el siglo VI entraron los Visigodos, que crearon un reino en España con capital en Toledo; ello motivó la introducción de diversos germanismos de una lengua que ocupaba una posición privilegiada de superstrato: heraldo, robar, ganar, guisa, guarecer, albergue, amagar, embajada, arenga, botar, bramar, buñuelo, esquila, estaca, falda, fango, grapa, manir, moho, rapar, ronda, rueca, truco, trucar, parra, ropa, ganso, jardín, aspa, guardia, espía, tapa, brotar, yelmo etcétera; en general, vocablos relacionados con el oficio militar de los conquistadores, así como algunos rasgos morfológicos: el sufijo -engo, y gran número de antropónimos como Fernando, Álvaro, Enrique, Rodrigo etcétera. Pero el reino visigodo cayó en poder de los árabes cuando estos invadieron España el año 711, lo que dio lugar a lo más propio y específico del español respecto a otras lenguas neolatinas en cuanto a su léxico: un gran caudal (cuatro mil voces de uso frecuente) de origen árabe o arabismos que no tienen correlato parecido en otras lenguas románicas que han optado por el término de origen latino al no contar con el superstrato árabe: vocabulario relacionado con la agricultura, como noria, acequia, arroba, azadón, alfalfa, alcachofa, acequia, albaricoque, algodón, azúcar, zanahoria, aceituna, naranja...; con la fauna, como jabalí, alcaraván, alacrán...; con la jardinería, como alhelí, azucena, azahar; con la construcción, como albañil, alfarero, zaguán, azotea, , aljibe, alcoba, tabique, alcantarilla, azotea, azulejo; con la ropa, como alfombra, taza, almohada, tarima, albornoz; con las ciencias, como álgebra, guarismo, algoritmo, alcohol, alquitrán, talco, cero, jaqueca, alcohol, cifra, jarabe, azufre, alambique, alquimia, cenit, nadir, azimut... Este vocabulario sobre todo científico fue acomodado al castellano gracias a la gran obra cultural de Alfonso X el Sabio, quien mandó traducir numerosas obras científicas árabes al castellano. Al árabe se debe además el sufijo -í (alfonsí, magrebí, israelí), algunos nombres propios como Almudena, Ismael, Fátima, diversos topónimos como Almadén, Gibraltar, Tarifa o hidrónimos como Guadalete, Guadalquivir, y, acaso, cierta influencia en la velarización fuerte de nuestra jota, el fonema /x/, en casos como la pronunciación de la s- inicial latina en j- como en jabón del latín saponem.

Sin embargo, algunas de las características diferenciales del léxico castellano, como la corrosión de la F- inicial latina, (así del latín farina > harina en castellano, pero farina en catalán, italiano y provenzal, fariña en gallego, farinha en portugués, farine en francés y faina en rumano), la preferencia por un sistema de cinco vocales, la ausencia del fonema labiodental /v/, La introducción del sufijo -rro, presente en los vocablos carro, cerro, cazurro, guijarro, pizarra, llevaba consigo un fonema extravagante y ajeno al latín y a todas las lenguas románicas, que es, sin embargo, uno de los rasgos definidores del sistema fonético español, como otros rasgos que provienen del adstrato vasco. En su desarrollo histórico, la lengua española ha ido además adquiriendo, como otras lenguas de amplio curso, diversos préstamos léxicos, de los cuales los más singulares y específicos son los que provienen de las lenguas indígenas americanas, denominados genericamente americanismos, aunque las lenguas indias que proporcionaron estos vocablos son muy diferentes, con preferencia por las antillanas, ya que fueron las primeras regiones colonizadas por España y, por tanto, muchas de las nuevas realidades fueron marcadas desde entonces con vocablos de las lenguas habladas allí: piragua, enagua, caimán, cacahuete, maíz, bejuco, quina, coca, alpaca, vicuña, puma, cóndor, caribe, cigarro, mate, gaucho, petate, petaca, tiza, hule, macuto, butaca, guateque, tiburón, huracán, tomate, patata, chocolate, cacao, tabaco, hamaca, cacique, canoa, ceiba... muchos de estos vocablos pasaron además a las otras lenguas a través del español como lengua puente. Inversamente, algunos vocablos del español pasaron a las lenguas indígenas americanas. Otros préstamos léxicos vinieron al castellano de franceses (galicismos), algunos muy antiguos, como pendón, vianda, emplear, deán, canciller... y la misma palabra español; otros vinieron con el Grand Siècle, el XVIII: vocabulario relativo a la moda, como tisú, frac, levita, blusa, chaqué, pana, organdí, franela, piqué, peluquín, sostén, chal...; relativos a la cocina, como menú, puré, restorán, bombón, escalope, croqueta, paté, suflé, panaché, consomé; relativos a la burocracia y la política, como buró, carné, ordenador, comité, complot, rutina; referidos a deportes y espectáculos, como amateur, palmarés, entrenar, ducha, debut, higiene, reportaje, cronometraje, kilometraje, turista, chándal, pilotaje, descapotable, garaje, avión, esquí, aterrizaje, braza, cabina, marcaje, rodaje, bicileta, pelotón, filme, filmar, doblaje, claque, reprise, ruleta, acordeón, cotillón, vodevil y otros. Algunos son curiosos, pues son hispanismos que volvieron a España desde el francés, como popurri, de pot pourri, olla podrida. Del Reino Unido y Estados Unidos vinieron los anglicismos; antiguos son sur, este, oeste; en el siglo XIX se usaban ya club y dandy, y en los siglos XX y XXI hay una auténtica invasión de términos, muchos de ellos ociosos, ya que poseen correlato en español, relativos sobre todo a la tecnología, los deportes, la economía y los espectáculos: transistor, internet, striptease, gabardina, clip, bloc, revólver, rifle, bulldog, perrito caliente, gol, chutar, fútbol, póker, boxeo, tenis, récord, sprint, golf, ring...; de Italia los italianismos, algunos de ellos bastante antiguos (del XIV son florín, cañón, consorcio), pero sobre todo en el Siglo de Oro: soneto, cuarteto, novela, bandido, bando, caporal, coronel, batallón, escopeta, mosquete, madrigal, terceto, capricho, diseñar, bisoño, esbozo, festejar, fragata, escolta, diseñar, modelo, cartón, medalla, zarpar, carroza, pista, hostería, valija etcétera; penetran regularmente, y en el siglo de la ópera, el XIX, penetran con fuerza batuta, diva, melodrama, partitura, solista, vocalizar etcétera; de Portugal vienen los lusismos (chubasco, carabela, mermelada, caramelo, mejillón, ostra), de Cataluña los catalanismos (capicúa, alioli, paella, entremés, butifarra, anís, forastero), de las provincias vascongadas los vasquismos (boina, izquierdo), de Holanda los neerlandismos (canica, amarrar) y de Japón los japonesismos (bonzo, katana, sake, manga, biombo, kimono, sushi, samurai, ikebana, judo, harakiri, origami, kárate, kabuki, geisha, haikú, tanka, kamikaze, bonsai, karaoke...).


 

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Cabimas, Zulia, Venezuela
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